1.11.12

¿Y qué forma? La forma



Algo rápido algo absurdo.
Eliza Gélabert.

Algo rápido algo absurdo. Algo. Absurdo y rápido. Con nombrarlo no basta, hay que saborearlo tranquila y plácidamente; diente a diente, ésa es la manera. ¿Y qué forma? La forma. El contenido vacío como la forma oblicua ¡Qué paradoja! La paradoja no es nunca una mentira, no puede ser nunca un sinónimo de mentira sino una concisa y lúcida armonía de contrarios. El sentimiento interior responde a una emoción, pero para que ésta sea completa necesita de una forma que se traduzca en el exterior. Sentimiento que siente miente, mintiendo sentimos sintiendo sentidos. Eso ya lo decía mi abuela. Cantaba canciones alrededor de ello mientras se acurrucaba, adormecida por el viento triste, sollozando mientras mentía sintiendo que pensaba. Buscando en el azul que ando recreando, pienso (y ella también así lo siente) que el rojo estaba cerca. Habla de paraísos perdidos entre la bruma mientras yo hablo sin hablar, sintiendo sin tender, rozando las partículas de aquello que no se nombra (sí, bajo el fondo del mar). La mar. Aquella que se encuentra, como quien se topa frente el azul. Siempre el azul ¡Y qué mar! ¡Ai el mar! Pasaría días enteros danzando, entrelazando, bailando palabras y saboreando su contorno seco. Como el mármol. Aunque lo mío es el color, eso también lo sabía mi abuela. “But it’s impossible without a pump!” decía, y a mí qué. Nunca le han gustado las reglas y así me lo habría transmitido telepáticamente con solo un suspiro si no fuera por las ruedas. ¿Las qué? Las-rue-das. Imaginémosla todos con su casco, su vaso de agua y su bata blanca de empeño. ¡Fffiiium! Era así como me las transmitía y es éste mi pecado: soy yo ahora quien mido, temeroso, éstas palabras aladas sin sen ti do. Sigo siendo sentido pese a todo, buceando entre recuerdos, palabras y caricias del mañana. Qué rabia no sentir que el tiempo cesa, aunque fuera, también, quizás, mañana. La equivocación sería esa, pensar que el tiempo es ahora cuando es siempre: sentimos que el tiempo miente, disidente, rebelde entre las sienes de quienes sienten. Pero es ella quién me interesa y es por ella que estoy yo ahora, siempre, aquí. Por ella invento formas porque es ella quien bucea, quien amasa lenta, lentamente ese espacio vacío que compartimos, juntos, con los ojos cerrados. Sí, los ojos están cerrados. Como quien cesa de caminar tras una larga jornada en el campo. Con las manos temblorosas, corazón palpitante, mente en el vientre pero ella. Está. Allí como ahora, como siempre como siente. El rojo es su musa, su capricho, el sol que despunta bajo las colinas, bañando de azul todo su reino. ¡Ai el sol!

1 comentario:

gargots